Tiempo de Notas
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Tiempo de Notas
*Resumen propio de un articulo del Sr. Cesar Hildebrandt. Para leer el articulo completo haz clic AQUI
Si los colegios fueran sinceros colgarían a los niños insumisos, a los que piensan por si mismos, a los brillantes que no hacen las tareas, a los inteligentes distraídos, a los que no ven “Al fondo hay sitio”, a los que no ...
En el colegio nadie ataca a los "grupos" pero todos al que es distinto. Y en esta época de notas, se decide quién es bueno y quién es malo. Y vienen las notas rojas y los cursos de verano se llenan de repitentes.
Los maestros castigan y los padres se la creen y desesperan. El maestro es el juez y el padre el verdugo. Ambos amenazan a todo aquel que es diferente. Y el miedo del padre es que el hijo repita el año y, por lo tanto, sea igual a él.
Diciembre es el mes de la matanza escolar. Allí mueren, por las notas y las patadas, mucho de lo bueno en nosotros. Allí, entre azules y aplausos prosperan los memoristas, los chancones, los ayayeros.
Y si no te prestas a la estupidez de todos, a las frases comunes, a las fechas inútiles o las biografías inservibles, vienen el maestro o maestra y con sus rojo te malogran el futuro.
Desde luego que hay flojos y brutos, pero estoy hablando de los que piensan distinto.
Los que preguntan lo que el maestro no sabe, los que ven otros programas; los perseguidos por los colegios hasta que sean como todos. Es casi imposible sobrevivir a tanto "bombardeo".
Hay mucha rabia y envidia en los colegios contra el que lee, asi saque bajas notas.
Y entonces ¿para qué sirve el colegio? ¿Para crear adictos a la televisión, lectores de prensa de fútbol y vedettes?
El que termine secundaria debe de saber pensar, dudar, sospechar, de todo lo enseñado y atreverse a ir mas alla. Esta educacion teme a la crítica y el pensamiento propio; porque de ellos surge la necesidad de pedir mejorar.
Al diablo con las notas cuando quien las padece piensa por si mismo y cuando quien las coloca piensa como todos.
Si los colegios fueran sinceros colgarían a los niños insumisos, a los que piensan por si mismos, a los brillantes que no hacen las tareas, a los inteligentes distraídos, a los que no ven “Al fondo hay sitio”, a los que no ...
En el colegio nadie ataca a los "grupos" pero todos al que es distinto. Y en esta época de notas, se decide quién es bueno y quién es malo. Y vienen las notas rojas y los cursos de verano se llenan de repitentes.
Los maestros castigan y los padres se la creen y desesperan. El maestro es el juez y el padre el verdugo. Ambos amenazan a todo aquel que es diferente. Y el miedo del padre es que el hijo repita el año y, por lo tanto, sea igual a él.
Diciembre es el mes de la matanza escolar. Allí mueren, por las notas y las patadas, mucho de lo bueno en nosotros. Allí, entre azules y aplausos prosperan los memoristas, los chancones, los ayayeros.
Y si no te prestas a la estupidez de todos, a las frases comunes, a las fechas inútiles o las biografías inservibles, vienen el maestro o maestra y con sus rojo te malogran el futuro.
Desde luego que hay flojos y brutos, pero estoy hablando de los que piensan distinto.
Los que preguntan lo que el maestro no sabe, los que ven otros programas; los perseguidos por los colegios hasta que sean como todos. Es casi imposible sobrevivir a tanto "bombardeo".
Hay mucha rabia y envidia en los colegios contra el que lee, asi saque bajas notas.
Y entonces ¿para qué sirve el colegio? ¿Para crear adictos a la televisión, lectores de prensa de fútbol y vedettes?
El que termine secundaria debe de saber pensar, dudar, sospechar, de todo lo enseñado y atreverse a ir mas alla. Esta educacion teme a la crítica y el pensamiento propio; porque de ellos surge la necesidad de pedir mejorar.
Al diablo con las notas cuando quien las padece piensa por si mismo y cuando quien las coloca piensa como todos.
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